viernes, 27 de marzo de 2009

MONICIÓN FINAL VIGILIA POR LA VIDA

Como habéis pedido muchos la monición del final de la Vigilia, cuelgo es texto en este blog. Os anuncio que también disponemos de la grabación de la homilía de D. Braulio y del texto escrito.

ANUNCIO DEL AÑO DE ORACIÓN 2009

Alguien ha dicho que la Iglesia, es decir, tú y yo, no va por el mismo camino que la sociedad. Y efectivamente, no vamos por el mismo camino. Mejor dicho, no seguimos los mismos criterios, las mismas directrices que los poderosos dirigentes quieren imponer a TODA la sociedad.

El presente que nos ha tocado vivir no nos gusta, queremos transformarlo. Nuestra vocación como bautizados es iluminar la realidad concreta de cada momento de la historia. “Pues la fe lo ilumina todo con una nueva luz… y por eso dirige la inteligencia hacia soluciones plenamente humanas”(1)

Se proclamará que “la interrupción voluntaria del embarazo” es un derecho de la mujer. Pero nosotros afirmamos que el aborto es una tragedia para el niño asesinado, para la madre y para toda la sociedad.

Se quieren otorgar derechos para poner fin a la vida. Nosotros decimos que los derechos no se otorgan, se tienen: el hijo a nacer, la madre a vivir con dignidad, el enfermo y el anciano a morir sin que nadie les cercene el don de la vida.

Se dice no saber cuando empieza la vida y sí cuando se quiere ponerle fin. Nosotros, con la ciencia, afirmamos que nuestro primer día de vida comienza cuando somos concebidos y que cuando morimos comenzamos a vivir.

Se quiere silenciar el llanto de los niños. Nosotros queremos dar voz a los que no se les da la oportunidad de ver la luz.

Se pretende utilizar el aborto como método anticonceptivo. Nosotros queremos educar a los jóvenes en la vocación al amor, para que vivan su sexualidad desde su responsabilidad como seres humanos.

Ante el negocio mercantilista de quitar la vida al inocente, los cristianos ayudamos y trabajamos directamente con las madres en riesgo de someterse al aborto y con aquellas que ya lo practicaron. Nosotros abrimos nuestros brazos, nuestras instituciones y nuestras casas para que en ellas curen sus heridas de soledad, tristeza y culpabilidad. Acogemos y damos oportunidades para vivir al hijo que no puede ser atendido por sus progenitores.

Se considera inútil toda vida que no sea perfecta o productiva. Nosotros, como buenos samaritanos, les acompañamos en su lecho de dolor, limpiamos sus cuerpos, asistimos sus necesidades, vendamos sus heridas hasta el último aliento de sus vidas.

En resumen, como han señalado nuestros obispos “somos el pueblo llamado a custodiar, anunciar, celebrar el Evangelio de la Vida”(2) y “hacerlo llegar al corazón de cada hombre y mujer e introducirlo en lo más recóndito de toda la sociedad”(3)

Esta es la misión a la que se nos convoca: “iluminar las conciencias con la verdad en todo su esplendor”(4)

Y el camino es la formación, para saber dar respuestas de nuestra fe y de nuestras convicciones. Debemos intensificar el trabajo en la formación de las conciencias en lo que representa el drama del aborto y la eutanasia. Educar a nuestros hijos en una visión de la sexualidad que no se sirve del cuerpo del otro, sino que lo entrega responsablemente.

También el compromiso activo con todas las asociaciones que luchan en defensa de la familia y de la vida. Compartiendo nuestro tiempo y nuestro trabajo en actividades de voluntariado; o ayudando económicamente para cubrir las necesidades de esas mujeres que deciden llevar adelante su embarazo y participando en los actos que a lo largo del año se convocarán.

Nuestros Pastores promueven esta campaña no contra ninguna institución, no contra ninguna persona, sino para luchar contra EL MAL que supone la eliminación de CUALQUIER VIDA HUMANA. Y la oración es el mejor antídoto contra el mal. Este es el objetivo fundamental del año:

ORAR POR LA VIDA AL SEÑOR DE LA VIDA,

Para que ilumine las conciencias de aquellos que pueden legislar a favor del ser humano.

Para que mueva el corazón de aquellas mujeres que puedan estar pensando en acabar con el ser que llevan en sus entrañas.

Para que perdone, con su corazón de Padre Misericordioso, a los que tomaron esa decisión o han contribuido a ella.

Para que cada uno de nosotros, sepamos acogerlos a TODOS, como el padre de la parábola del hijo pródigo.

Por eso se propone:

Rezar a diario la oración que se ha repartido. PROPONEMOS rezarla, a ser posible, A LAS OCHO DE LA TARDE, EN FAMILIA. Para formar una cadena de oración.

Cuando nos reunamos en nuestras comunidades, orar por esta intención.

Cuando veamos por la calle una mujer embarazada, un anciano, un enfermo, un discapacitado, elevar una oración dando gracias por tanto don recibido, rezando un Ave María a la Madre de los vivientes.

A la salida os repartirán más octavillas y dípticos con el rosario. Podéis recoger los que necesitéis. También están disponibles en vuestras parroquias e iglesias. Si necesitáis, no dudéis de pedirlos. En la Delegación de Familia y Vida disponemos de muchos ejemplares.

Y ahora, juntos vamos a rezar la oración.



(1)Gaudium et Spet 11

(2) Nota de los Obispos con motivo de la Jornada por la Vida 2009. 1

(3) Evangelium vitae, 80

(4) Nota de los Obispos con motivo de la Jornada por la Vida 2009. 3

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